Por ser limitada mi presencia en Ponce, también fueron limitadas nuestras primeras conversaciones. Como parte del proceso de conocernos, estas primeras giraban en torno a ella, su familia, yo y mi familia. También sobre mi trabajo y los estudios universitaios de ambos. Pero después de más de veinte años conversando con ella, aprendí a separar la verdad de la mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario